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REALIDADES INVISIBLES
Fundación Cruz Blanca desde el programa de Atención a Personas sin hogar continúa trabajando en la atención de emergencia a estas situaciones. Vivimos un escenario inusual en el que avanzan los días de confinamiento para la mayoría de la población, con medidas sanitarias conocidas y difundidas: autoaislamiento, aumento de la higiene, distanciamiento social estricto… y la frase ya representativa de esta pandemia “quédate en casa”.
Durante el confinamiento la situación de las personas en situación de calle se ha visto agravada. Se han disparado las solicitudes de ingreso en Centros y Viviendas de Acogida, tanto para personas en situación de calle como para familias. Nuestros Centros y Viviendas se encuentran completos, por lo que la coordinación con las administraciones y el resto de entidades se ha intensificado. En una reinvención constante cada día mantenemos los mecanismos necesarios para garantizar no solo sus necesidades básicas y psio-sociales, sino para mantener la calma ante una situación que genera miedo y desprotección al poder ser contagiado y contagiada en cualquier momento y circunstancia.
Este escenario ha puesto además de manifiesto otras realidades y necesidades. La más palpable y recurrente es una nueva vulnerabilidad añadida ya que han aumentado el número de demandas, de personas y familias que acuden a nuestros dispositivos porque se han quedado sin trabajo y sin recursos económicos y por lo tanto, sin ningún ingreso para sobrevivir. Son las propias personas quienes nos están verbalizando las dificultades que están teniendo para cubrir necesidades básicas y de alimentación, además del temor e incertidumbre por la imposibilidad de realizar los pagos hipotecarios, de arrendamiento…lo que genera un potencial riesgo de generar un nuevo perfil de personas, que podrían ampliar el colectivo de Personas Sin Hogar, y para los que deben contemplarse medidas preventivas para que la línea de la pobreza no se estreche cada vez más.
Además, hay que tener en cuenta el colapso de los teléfonos de atención facilitados por la administración pública y los retrasos en la activación de tarjetas/cheques de alimentación que algunas de ellas están recibiendo. Lo que está provocando mayor desprotección si cabe, en las personas sin medios, recursos familiares ni sociales, y muchos de ellos con patologías añadidas.
Es por esto que, desde el inicio de esta situación, Fundación Cruz Blanca ha reclamado a las distintas instancias locales que se facilite una cobertura efectiva de servicios para personas sin hogar que garantice que los recursos cumplan con los requisitos especiales de las personas que experimentan la falta de vivienda en el contexto de la pandemia de COVID-19. Así como evitar y prever nuevas situaciones de desprotección, que con el paso del tiempo nos harán ver incrementado no solo el número de personas en calle, sino el perfil de las mismas.
Es necesario visibilizar a nivel social e institucional la situación tan grave que están viviendo las personas sin hogar. Realidad que no está siendo tenida en cuenta y que, encuentra una de sus mayores dificultades, en la falta de políticas locales públicas y de recursos destinados a este sector de la población. Falta que aún se hace más latente en estos momentos. Reconocemos que los recursos y los servicios están saturados, así como que la situación cambiante continua dificulta la labor. Entendemos la buena voluntad y reconocimiento ante la activación de distintos recursos alojativos de forma emergente en muchas de las ciudades españolas, pero hay que tener en cuenta que se necesitan medidas para que nadie se quede….en la calle.
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